_03 DOS MANERAS DE ORGANIZAR EL SISTEMA FINANCIERO MUNDIAL

Hay dos opciones a la hora de organizar el sistema financiero y el sistema monetario internacionales -dos sistemas que están estrechamente vinculados entre sí-.

La primera consiste en dejar que los capitales financieros puedan circular libremente por los diferentes países del mundo -sin necesitar la autorización de los gobiernos de los países en los que quieren invertir-. Para que eso sea posible, los inversores que actúan en los mercados financieros tienen que poder comprar y vender las monedas de los diferentes países con plena libertad. En consecuencia, los tipos de cambio entre estas monedas variarán permanentemente, según si los inversores quieren invertir poco o mucho en un determinado país y, por tanto, según si la moneda de ese país tiene poca o mucha demanda. Este modelo -llamado de “tipos de cambio flotantes”- es el que predomina desde los años setenta en la mayoría de países del mundo, con los Estados Unidos a la cabeza.

La segunda prioriza la estabilidad monetaria: se trata de evitar que los tipos de cambio puedan variar constantemente y de manera incontrolable, porque esta inestabilidad no favorece el crecimiento económico. Pero, si no hiciesen nada, la moneda de los países que eligen esta opción se convertiría en una presa fácil de los especuladores. Para evitarlo, estos países tienen que establecer restricciones a la entrada y la salida de los capitales financieros internacionales, los cuales, por tanto, ya no podrán circular con total libertad, sino que estarán sujetos al control gubernamental a la hora de invertir. Este modelo -de “tipos de cambio fijos pero regulables”- predominaba en el mundo entre 1994 y 1971, el período conocido como “la era dorada del capitalismo”, y hoy lo utilizan países como China.