_01 EL CAMINO HACIA LOS ODM

Entre el 6 y el 8 de septiembre del año 2000, los dirigentes del mundo se reunieron en las Naciones Unidas, en Nueva York, en la Cumbre del Milenio. Probablemente, es la mayor reunión de jefes de estado o de gobierno de toda la historia de la humanidad: no faltaba prácticamente ninguno de los 191 países miembros.


Allí aprobaron la Declaración del Milenio, en la cual proponían una nueva alianza mundial para reducir drásticamente los niveles de extrema pobreza en el mundo. Concretamente, asumieron ocho propósitos conocidos como los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que se comprometieron a alcanzar el año 2015:

          1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

           2. Alcanzar la enseñanza primaria universal.

           3. Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer.

           4. Reducir la mortalidad infantil.

           5. Mejorar la salud materna.

           6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.

           7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.

           8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

El año 2015 se acerca, pero los Objetivos de Desarrollo del Milenio siguen lejos. Todo indica que no se cumplirán en el plazo previsto.

De hecho, no se cumplirán nunca si previamente no transformamos completamente las relaciones económicas entre los países ricos y los países pobres y emergentes. Nunca se alcanzarán si no hacemos reformas profundas en las reglas del comercio mundial, de los mercados financieros internacionales y en los instrumentos de ayuda al desarrollo. Reformas imprescindibles. Reformas urgentes.

Nunca se alcanzarán si antes no hacemos realidad estas 9 condiciones para un mundo sin pobreza:







Barcelona fue distinguida en el año 2009 con el título de Ciutat Comprometida con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.